Podía comenzar relatando los beneficios que tiene Mindfulness (1), reconocidos por innumerables estudios científicos: reducir el estrés, incrementar la función inmune, aumentar la materia gris en la ínsula, reducir el dolor crónico, disminuir la ansiedad… Pero a mí me falta algo. ¿Cual es la causa de tantos beneficios? Hace casi 2.500 años, en la Grecia clásica, Hipócrates (2) decía que “las personas deben saber que el cerebro es el principal responsable de las alegrías, los placeres, la risas, la pena, el desaliento y las lamentaciones”. Ha pasado mucho tiempo y aunque la sociedad ha mejorado en muchos aspectos nos hemos olvidado de esta realidad, que nuestra felicidad y bienestar depende de nuestro cerebro. Y es aquí donde interviene Mindfulness. Comienza siendo una técnica para cuidar nuestro cerebro, una especie de higiene mental. Igual que cada día nos aseamos (nos duchamos, nos limpiamos los dientes...) porque somos conscientes que son hábitos saludables para cuidar nuestra salud física, ha llegado el momento de cuidar nuestra salud mental. Si compartimos lo que hace miles de años nos dice la sabiduría universal, que nuestro cerebro es básico en nuestra salud física y emocional, no podemos descuidarlo, tenemos que dedicarle cada día un tiempo para limpiarlo y fortalecerlo. Así que, para mi, la primera motivación para practicar Mindfulness es aprender a cuidar nuestro cerebro para que sea nuestro mejor amigo y no nuestro peor enemigo. Pero en cuanto uno comienza con este cuidado, se da cuenta que no es una mera técnica o herramienta sino más bien en una manera de vivir con más bienestar. Comienzas a sentirte más libre, ya no dependes tanto de las circunstancias externas porque sabes que siempre eres libre de decidir tu respuesta a los acontecimientos de tu vida, tanto sean agradables como desagradables. Y esta libertad te conecta también con un aspecto muchas veces olvidado, que nuestro sufrimiento no depende tanto de lo que nos ocurre sino de cómo nos tomamos lo que nos sucede. Por tanto, nos sentimos más responsables de nuestra vida, entendiendo responsabilidad como la capacidad de responder. No somos simples marionetas agitadas por los vientos que nos azotan sino que utilizamos la energía de esos vientos para ser más creativos en nuestras vidas, para potenciar nuestra fortaleza interior, nuestra resiliencia. A mi esto me parece suficiente motivo para practicar Mindfulness ¿Y a ti?
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JAVI LUCASInstructor de Mindfulness y aprendiz de la Vida (llevo una L en la espalda) Archivos
October 2021
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