En recuerdo de Eduard Punset, divulgador científico, que recientemente nos ha dejado, compartimos este artículo que publicamos el 18/03/16 en nuestra antigua web educacioemocional.org
Comenzando con un bello cuento de Buda y su discípulo Ananda, que sirve para explicarnos la verdadera naturaleza de la mente, en este programa Redes de TVE -que dura 27 minutos- Eduard Punset conversa con Mattiheu Ricard sobre la compasión y la gestión de la emociones. Mattiheu Ricard, doctor en bioquímica, es monje budista desde hace más de 40 años y ha sido considerado “el hombre más feliz de mundo” por la neurociencia, después de medir sus altos niveles de actividad de “emociones positivas” en su cerebro. Es necesario desarrollar las cualidades humanas para conseguir que los niños se conviertan en personas equilibradas. Para Mattieu Ricard la felicidad no es una sucesión interminable de placeres que termina por agotamiento sino una forma de ser. Propone que a los niños se les enseñe en el colegio a ser felices y buenos. No es suficiente desarrollar la inteligencia y dar información, es necesario además desarrollar las cualidades humanas para conseguir que sean personas equilibradas. La neurociencia está descubriendo los beneficios de la meditación, aprender a meditar nos ayuda a gestionar las llamadas “emociones negativas”(1) y fomenta las “emociones positivas”. En una investigación pionera, se esta estudiando varios aspectos del amor altruista, la empatía y la compasión relacionándolos con los fenómenos cerebrales. El objetivo es conocer cómo funciona el proceso en que una persona desarrolla empatía -identificación con quien sufre- y compasión -el deseo de aliviar el sufrimiento de los demás-. En otro estudio, realizado con trabajadores de una empresa que durante 3 meses practicaban diariamente 30 minutos de meditación (2), comprobaron que bajaron sus niveles de ansiedad y se incrementaron en el cerebro sus “emociones positivas”. La bondad forma parte de la naturaleza humana, el altruismo verdadero existe. En nuestra sociedad pensamos que detrás de cada acción hay un deseo egoísta, incluso cuando somos amables o compasivos. Sin embargo, se trata de una distorsión que no encaja con los estudios científicos. La bondad forma parte de la naturaleza humana, el altruismo verdadero existe, aunque a veces nos comportemos egoístamente. Todas las personas tenemos un potencial para el bien, la naturaleza de la conciencia no esta determinada y tiene el potencial de ir en cualquier dirección, hacia el bien o hacia el mal. La conciencia está detrás de cada pensamiento, y emoción y entrenar nuestra mente con la meditación nos ayuda a conocer esta realidad y a tener un estado de serenidad y ecuanimidad que evita que las emociones y pensamientos nos arrastren. El altruismo y la compasión nos libera de odios, iras y celos. Somos interdependientes y si no cooperamos todos saldremos perdiendo. Por eso, debemos desarrollar una sociedad compasiva, una sociedad que se preocupe por los demás. Para desarrollar la compasión es muy importante entrenar nuestra atención plena -mindfulness- ya que nos aporta una mente más clara, serena y calmada. La forma más sencilla es prestando atención a nuestra respiración. ----------
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Foto de Matt Collamer en Unsplash. En el cartel pone: Buscando la Bondad Humana Cuando doy cursos de Mindfulness y explico su significado, hago mucho hincapié en no juzgar y lo explico como un sinónimo de ser amable, porque no entiendo que se pueda juzgar y ser amable al mismo tiempo. Y soy tan insistente que en una ocasión, un participante de un curso de 8 semanas, comentó que en la vida no se podía ser tan amable y me lo expresó en catalán con estas palabras: a la meva casa diem que "ser dues vegades bo es ser bobo" (en castellano: en mi casa decimos que "ser dos veces bueno es ser bobo"). Cuando lo escuché no supe qué decir, me quedé callado, respirando, y después de sentir la incomodidad porque me sentía ofendido, la mejor respuesta que me surgió, la más amable, fue decir que esa era la forma en que yo entendía Mindfulness y la vida.
Sigo pensando lo mismo, no veo ninguna manera mejor de vivir el presente que desde la amabilidad, desde la bondad, para mí, estas palabras expresan la misma experiencia. Y me recuerdan como Antonio Machado se describía en su poesía Retrato: soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. Ser bueno, no hacer daño, para mí es un buen propósito de vida. Cuando estoy presente y consciente en mi vida, me doy cuenta que actuando así soy más feliz y que hago más feliz a los demás. Ya sé que para muchos el problema está en entender que ser bueno es ser débil. Sin embargo, en la filosofía oriental lo que aparenta ser débil tiene más fuerza que lo que parece ser más duro, como el agua, que puede erosionar las rocas. “La bondad es como el agua. En los lugares superiores hace el bien sin esforzarse y es feliz en los lugares inferiores que los hombres desprecian.” Tao Te King 8 Por eso, creo que uno puede ser bueno, bondadoso, amable y al mismo tiempo saber poner límites. Hay muchas personas que lo han mostrado durante su vida, no son seres excepcionales, en el sentido de superhéroes de película, sino personas que han conectado con su propia fortaleza y sabiduría. Una fortaleza y sabiduría que les muestra que para conseguir sus objetivos no se debe hacer daño. Una sabiduría que les enseña a saborear la vida sin lucha, sin crear más dolor. En mi vida, las personas que han sido más importantes y significativas han sido aquellas que me han mostrado bondad y amabilidad. ¡Ojalá yo me pareciera a ellas! A la pregunta del título ¿Soy bobo? Tengo una respuesta, no lo soy, qué más quisiera yo que ser dos veces bueno. Me conformaría con parecerme a Antonio Machado cuando dice: soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. |
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JAVI LUCASInstructor de Mindfulness y aprendiz de la Vida (llevo una L en la espalda) Archivos
October 2021
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