Foto de Matt Collamer en Unsplash. En el cartel pone: Buscando la Bondad Humana Cuando doy cursos de Mindfulness y explico su significado, hago mucho hincapié en no juzgar y lo explico como un sinónimo de ser amable, porque no entiendo que se pueda juzgar y ser amable al mismo tiempo. Y soy tan insistente que en una ocasión, un participante de un curso de 8 semanas, comentó que en la vida no se podía ser tan amable y me lo expresó en catalán con estas palabras: a la meva casa diem que "ser dues vegades bo es ser bobo" (en castellano: en mi casa decimos que "ser dos veces bueno es ser bobo"). Cuando lo escuché no supe qué decir, me quedé callado, respirando, y después de sentir la incomodidad porque me sentía ofendido, la mejor respuesta que me surgió, la más amable, fue decir que esa era la forma en que yo entendía Mindfulness y la vida.
Sigo pensando lo mismo, no veo ninguna manera mejor de vivir el presente que desde la amabilidad, desde la bondad, para mí, estas palabras expresan la misma experiencia. Y me recuerdan como Antonio Machado se describía en su poesía Retrato: soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. Ser bueno, no hacer daño, para mí es un buen propósito de vida. Cuando estoy presente y consciente en mi vida, me doy cuenta que actuando así soy más feliz y que hago más feliz a los demás. Ya sé que para muchos el problema está en entender que ser bueno es ser débil. Sin embargo, en la filosofía oriental lo que aparenta ser débil tiene más fuerza que lo que parece ser más duro, como el agua, que puede erosionar las rocas. “La bondad es como el agua. En los lugares superiores hace el bien sin esforzarse y es feliz en los lugares inferiores que los hombres desprecian.” Tao Te King 8 Por eso, creo que uno puede ser bueno, bondadoso, amable y al mismo tiempo saber poner límites. Hay muchas personas que lo han mostrado durante su vida, no son seres excepcionales, en el sentido de superhéroes de película, sino personas que han conectado con su propia fortaleza y sabiduría. Una fortaleza y sabiduría que les muestra que para conseguir sus objetivos no se debe hacer daño. Una sabiduría que les enseña a saborear la vida sin lucha, sin crear más dolor. En mi vida, las personas que han sido más importantes y significativas han sido aquellas que me han mostrado bondad y amabilidad. ¡Ojalá yo me pareciera a ellas! A la pregunta del título ¿Soy bobo? Tengo una respuesta, no lo soy, qué más quisiera yo que ser dos veces bueno. Me conformaría con parecerme a Antonio Machado cuando dice: soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
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Como profesor de secundaria en el Bronx durante 14 años, conocí profundamente a muchos adolescentes. Tener esas relaciones me enseñó mucho sobre lo que hace funcionar a los adolescentes. Observé que la manera en que los adultos ven a los adolescentes afecta la manera en que se ven a sí mismos y, en última instancia, las vidas que creen que son capaces de llevar. También presencié cómo el entorno escolar puede ser un terreno fértil para una mayor comprensión y conexión, o de malentendidos y falta de comunicación entre los maestros y los jóvenes adultos. Una de las escuelas secundarias en las que trabajé era una escuela tradicional, con clases de honores, cursos de colocación avanzados, viajes y bailes de graduación. La otra era una escuela de transferencia, donde los estudiantes van como última oportunidad para obtener un título de bachillerato (sus escuelas anteriores no satisfacen las necesidades de estos estudiantes de una manera u otra). En esta escuela los estudiantes llaman a los profesores por su nombre de pila, trabajan en estrecha colaboración con organizaciones de base comunitaria, y es ahí donde tuve la suerte de introducir el Mindfulness. Ambas escuelas eran escuelas de Título 1, lo que significaba que la mayoría de los estudiantes recibían almuerzo gratis o a precio reducido. Contaban con administradores, personal y maestros comprometidos y atentos (y también sobrecargados de trabajo). Desde que dejé las aulas he tenido la oportunidad de trabajar con adolescentes en comunidades más ricas (una de las escuelas a sólo 10 millas al norte de la escuela de transferencia) donde los niños están recibiendo la mejor educación y los mejores recursos que sus padres y comunidades pueden dar generosamente. No me sorprendió ver también a administradores, personal y maestros comprometidos, cariñosos y sobrecargados de trabajo, pero me sorprendió ver lo mucho que estos adolescentes también estaban luchando. Aunque los contextos educativos de estos adolescentes son muy diferentes, un par de cosas son ciertas para todos ellos. Los años de adolescencia son desafiantes, confusos y están llenos de cambios en el cuerpo, el cerebro y las relaciones. ¡La adolescencia es una época tumultuosa de nuestras vidas! Tampoco olvidemos la tecnología y el impacto que está teniendo en nuestros hijos. La mayoría de nosotros probablemente podemos recordar cómo era aburrirse cuando éramos jóvenes y no tener una pantalla fácilmente disponible. Nuestros padres nos decían que lo resolviéramos, que saliéramos, que fuéramos a jugar. O nos asignaban una tarea para asegurarnos de que no nos aburriéramos. Estos momentos de aburrimiento a menudo conducían al juego libre, que es fundamental para el desarrollo del niño. Según la Academia Americana de Pediatría, el juego libre ayuda a los niños a desarrollar su imaginación, curiosidad y relaciones saludables con los niños que los rodean y con sus padres. Ya sea que pensemos que la llegada de la tecnología es buena o mala, está aquí para quedarse y está reconfigurado las mentes de nuestros hijos. A muchos les resulta más difícil enfocar su atención y desarrollar relaciones fuera de su personalidad digital. El cerebro en desarrollo de los adolescentes Cuando enseñé Mindfulness a mis adolescentes en el Bronx, a menudo les presenté el libro Tormenta Cerebral, del Dr. Daniel Siegel. A pesar de que era un texto difícil de entender para ellos, estaban comprometidos con el libro porque les estaba dando una idea de la forma en que los adultos los miraban. Les ayudó a entender lo que estaba cambiando en sus cerebros y cómo se sentían y actuaban. Resumiré algunas de las cosas que compartí con mis estudiantes aquí, pero si este es un tema que usted cree le sería útil o interesante para sus alumnos, asegúrese de añadir Tormenta Cerebral a su lista de lectura. Mitos de la adolescencia La manera en que vemos a los adolescentes se convierte en la manera en que ellos se ven a sí mismos. Estos malentendidos pueden llevar a confusión y conflicto para adolescentes y adultos. ¿Con cuál de estos mitos está familiarizado? 1. Las hormonas furiosas hacen que los adolescentes "se vuelvan locos" o "pierdan la cabeza". Según Siegel, las hormonas aumentan, pero estos niveles se mantienen consistentes durante gran parte de la vida adulta. No son las hormonas las que causan los cambios de comportamiento. Lo que experimentan los adolescentes es principalmente el resultado de cambios naturales y necesarios en sus cerebros en desarrollo. 2. Los adolescentes son inmaduros y necesitan crecer. Las tendencias a tomar riesgos, la impulsividad y la alta sensibilidad emocional de los adolescentes no son un signo de inmadurez, sino más bien el resultado de lo que se supone que deben hacer durante esta etapa de desarrollo: poner a prueba los límites, crear su propia visión del mundo y prepararse para la vida más allá del hogar familiar y la comunidad escolar. 3. Crecer requiere pasar de la dependencia de los adultos a la independencia total de ellos. El movimiento saludable hacia la madurez es hacia la interdependencia, no hacia el aislamiento completo de “hazlo tu mismo". Dar atención y recibir ayuda de otros es el modelo que debemos apoyar. Haga una pausa, respire un par de veces y reflexione sobre su propia experiencia en la escuela secundaria. Estoy seguro de que puede entender por qué los adolescentes luchan durante esta etapa de sus vidas, especialmente si los adultos que los rodean los malinterpretan fundamentalmente. Recordar nuestra propia experiencia puede ayudarnos a ser más comprensivos y compasivos en las interacciones que tenemos con los adolescentes. Cualidades de la mente adolescente El Dr. Siegel continúa nombrando los atributos de la mente adolescente, así como los beneficios y desafíos asociados con estos cambios. Su libro también guía al lector a través de actividades que piden a los adolescentes que reflexionen y se conciencien sobre su vida interior, y que apoyan la comunicación saludable. Búsqueda de novedad Hay un mayor impulso para obtener recompensas y una mayor motivación interna para buscar nuevas experiencias y sentir la vida más plenamente.
Compromiso Social Se exploran las conexiones entre iguales y las nuevas amistades.
Aumento de la intensidad emocional Aumenta la sensibilidad emocional, permitiendo que los adolescentes sientan las experiencias de la vida más intensamente.
Exploración creativa El sentido ampliado de Ser lleva a un pensamiento conceptual que cuestiona el statu quo y aborda los problemas con nuevas soluciones.
Teniendo en cuenta estos hallazgos, se destaca por qué las intervenciones de Mindfulness -Atención Plena- son importantes a esta edad. Existe evidencia prometedora, aunque incipiente, de que Mindfulness puede apoyar el bienestar de los adolescentes al apoyar el desarrollo de su córtex prefrontal (donde vive la empatía, el pensamiento de las consecuencias y otras habilidades de la función ejecutiva), al mejorar su capacidad para concentrarse, y al ayudarlos a nombrar y regular sus emociones. Además, estudios de adultos que participan en intervenciones de mindfulness como la Reducción de Estrés Basada en Mindfulness -MBSR- "sugieren que la participación en MBSR está asociada con cambios en la concentración de materia gris en las regiones cerebrales involucradas en los procesos de aprendizaje y memoria, la regulación de las emociones, el procesamiento auto-referencial y la toma de perspectiva". Estos estudios de investigación, junto con mi experiencia enseñando a adolescentes, hace que sea fácil argumentar a favor de introducir intervenciones de Atención Plena a los adolescentes. La introducción de la Atención Plena a los adolescentes puede ser especialmente gratificante y desafiante. Trabajar con adolescentes puede traer a la superficie los sentimientos que no hemos resuelto y las experiencias dolorosas que enfrentamos cuando éramos adolescentes. Para ser eficaces con este grupo de edad, debemos reflexionar y recurrir a nuestra propia práctica. También tenemos que asegurarnos de que cuando ofrecemos atención a los adolescentes sea relevante y comprometida, de lo contrario no podremos apoyarlos realmente. Trabajar con adolescentes Algunos de estas ideas se aplican a todos los grupos de edad, pero tienen especial importancia cuando se trabaja con adolescentes. La adolescencia abarca desde los 12 hasta los 24 años. Este es uno de los momentos más confusos de nuestras vidas, incluso cuando las cosas van bien.
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JAVI LUCASInstructor de Mindfulness y aprendiz de la Vida (llevo una L en la espalda) Archivos
October 2021
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